2-S-1-C: la cifra del ciclo

El peronismo cumplirá el año que viene 12 años en el poder, con una secuencia sucesoria similar a la que se dio en el FCS entre 1991 y 2003. Pero no surge aún en la oposición un liderazgo análogo al que Luis Barrionuevo edificó tras derrotar a Ramón Saadi.

La secuencia esquemática de la alternancia en el FCS entre 1991-2003 ilumina elementos pertinentes para analizar las tensiones que traman al oficialismo actual y sus antagonistas y los desafíos para ambos.

  • Dos períodos de Arnoldo Castillo como Gobernador.
  • Sucesión pactada que recayó en su hijo Oscar y perfeccionó su consistencia habilitando por vía de interpretación judicial un tercer mandato como intendente de la Capital de su principal rival interno, Eduardo Brizuela del Moral.
  • Un mandato de Oscar Castillo sobre el que impactaron la crisis del sistema de Convertibilidad y su consecuencia política: la implosión de la Alianza, que condujo a la salida anticipada de Fernando De la Rúa en 2001.
  • Ascenso de Brizuela del Moral al Gobierno y migración de Castillo al Senado nacional.

Dos mandatos/Sucesión pactada/Un mandato/Crisis: 2-S-1-C.

Las similitudes con el ciclo 2011-2023 surgen obvias.

  • Dos períodos de Lucía Corpacci.
  • Sucesión acordada en 2019 en beneficio de Raúl Jalil, cuyo cargo en la Intendencia capitalina fue asignado a Gustavo Saadi.
  • Un mandato de Jalil, sobre el que gravitan las crisis de la economía y la rabiosa interna del Frente de Todos nacional, con epicentro en el área metropolitana.

Los dos períodos de 12 años están separados por 8 años de gestión de Brizuela del Moral. Relumbra un detalle: Brizuela se resistió en 2011 a una sucesión, llevó al intendente de la Capital Ricardo Guzmán como compañero de fórmula, se postuló a un tercer mandato y perdió por apenas 4 puntos ante un peronismo provincial que jugó respaldado por el kirchnerismo en el auge de la reelección de Cristina, viuda reciente.

La secuencia esquemática de la alternancia en el FCS entre 1991-2003 ilumina elementos pertinentes para analizar las tensiones actuales

Diferencia central

La tentación de la analogía directa es fuerte, pero la incorporación a la lectura de la dinámica que desencadenó la victoria de Luis Barrionuevo sobre Ramón Saadi en las internas peronistas de 2001 la neutraliza.

No se registra hoy en Juntos por el Cambio, heredero del FCS, un fenómeno de semejante potencia desestabilizadora.

De la caída del diseño armado por Castillo en las primarias del año pasado no surgieron liderazgos suficientemente sólidos para suplantarlo.

La UCR anticastillista, el PRO y la Coalición Cívica-ARI, miembros de la alianza ganadora, no consiguen todavía una síntesis operativa, priman las maniobras de posicionamiento interno. Esta deficiencia afecta al propio castillismo, donde a falta de un sucesor adecuado para Castillo se consagró una conducción colegiada.

Es una diferencia central con el ciclo 1991-2003.

Luego de vencer a Saadi por la candidatura a senador nacional en 2001, Barrionuevo inició un proceso de acumulación interna en el peronismo acelerado por el apoyo decidido del presidente interino Eduardo Duhalde.

La conmoción que provocó la primera derrota interna de Saadi en el tablero provincial fue de tal magnitud que obligó a Castillo a rediseñar su estrategia para dar la batalla por las primeras legislativas nacionales de su mandato. Brizuela del Moral renunció a la Intendencia para encabezar la lista de senadores nacionales que enfrentaría a Barrionuevo, secundado por Marita Colombo. Ganaron, pero la reorientación robustecedora en el peronismo, estimulada por el olor a sangre, se aceleró.

El gastronómico coronó su consagración como líder del PJ catamarqueño en enero de 2003, con otra victoria en internas que se proyectó en el jaque a la Casa de Gobierno.

Parecía «jaque mate», pero Castillo logró sortear el tsunami  con una jugada a dos puntas: delegó la candidatura a Gobernador en Brizuela del Moral e impugnó a Barrionuevo en la Justicia Electoral.

La maniobra judicial finalmente dio resultado.

Programadas para el 2 de marzo, con el peronismo sin candidatos a raíz de la inhabilitación de Barrionuevo, las elecciones provinciales se suspendieron en la célebre y polémica jornada de la quema de urnas. El arribo de Néstor Kirchner a la Presidencia dos meses después acabó con las expectativas que el sindicalista tenía de ser habilitado por la Suprema Corte menemista, que el santacruceño desarticuló.

El retorno del peronismo al poder terminó de frustrarse en agosto, con el triunfo de Brizuela del Moral sobre Liliana Barrionuevo, hermana de Luis.

De la caída del diseño armado por Castillo en las primarias del año pasado no surgieron liderazgos suficientemente sólidos para suplantarlo

Reinvención en litigio

La jugada de Castillo le dio al FCS ocho años de sobrevida, pero fue sintomático de lo irreversible de las mutaciones que en las legislativas nacionales de 2005, apenas dos años después y ya al comando de Brizuela del Moral, perdiera por primera vez desde su fundación ante el novedoso Frente para la Victoria. Al influjo de ese resultado, Brizuela del Moral acopló a Lucía Corpacci en la fórmula gubernamental para pelear su primera reelección en 2007 y batió a Barrionuevo por márgenes aplastantes.

Las pesimistas conjeturas sobre impacto que tendrá en las elecciones provinciales el deterioro del Gobierno nacional y la recuperación de las chances de Juntos por el Cambio hacia las presidenciales estimulan el debate en el oficialismo catamarqueño a la luz de estas retrospectivas.

El electorado y sus demandas han cambiado en 12 años y hay un dato incontrastable: en toda la historia provincial, ninguna fuerza consiguió sostenerse tanto como las dos décadas del FCS. Es un récord que todavía está lejos de alcanzarse, producto de una pragmática capacidad de adaptación al rumbo de los acontecimientos. El año que viene, el peronismo recién habrá cubierto la era de Arnoldo y Oscar.

2-S-1-C: la cifra del ciclo.

La alianza oficialista de Raúl Jalil, Gustavo Saadi y Lucía Corpacci está en tensión porque presiente que le resultará indispensable reinventarse para no verse arrastrada por la crisis del Frente de Todos y la fractura del eje metropolitano.

Ver también en El Estaño

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