Asilo tumbero para Bacchiani

La detención de Edgar Adhemar Bacchiani y la línea ejecutiva de “Adhemar Capital” se produce en un clima de pre-linchamiento, con grupos de acreedores enardecidos rodando la ciudad en busca de sus deudores. La justicia de Córdoba también ordenó la detención del “trader”.

Nunca más adecuado el concepto de prisión preventiva: la detención de Edgar Adhemar Bacchiani y la línea ejecutiva de su financiera, Adhemar Capital, se produjo en un clima social de pre-linchamiento, configurado por grupos de inversionistas enardecidos que desde la finalización de la Semana Santa comenzaron a recorrer la ciudad y a apostarse en los domicilios de los involucrados en la estafa o sus allegados, profiriendo amenazas y desplegando escraches.

Al librar la orden de detención, el juez federal Miguel Contreras asentó específicamente que «la amenaza del grave riesgo a la integridad física de varios de los imputados, conforme a los hechos violentos acontecidos, permiten inferir el aumento del peligro de fuga de los mismos ante la sensación inminente de sufrir en su persona o familia un grave daño».

Asilo tumbero. Independientemente de los argumentos jurídicos esgrimidos, la detención opera como protección para la integridad física de los acusados, con un dato adicional, importantísimo: la justicia de Córdoba ordenó también la captura del “Trader God”, que no enteró la caución de 40 millones de pesos que le impuso la fiscal de Delitos Complejos de esa provincia, Valeria Rissi, para no meterlo preso luego de indagarlo por estafas reiteradas.

La breva de la violencia aceleró su maduración cuando Bacchiani se internó por un supuesto pico de presión. Los ahorristas sospecharon de una maniobra para continuar dilatando los pagos, eludir la acción de la justicia, eventualmente fugarse, e iniciaron la escalada.

La breva de la violencia aceleró su maduración cuando Bacchiani se internó con un supuesto pico de presión. Los ahorristas sospecharon de una maniobra para continuar dilatando los pagos, eludir la acción de la justicia, eventualmente fugarse

Horas después de la internación de Bacchiani, José Blas, miembro del staff de “Adhemar Capital”, tuvo que refugiarse en la sede de Criminalística de la Policía para escapar de la furia de acreedores que lo perseguían. La escalada continuó con manifestaciones frente a la flamante casa de estética “Zaraive”, de Celeste Zaraive Garcés Rusa, pareja de Bacchiani. Un negocio célebre pese a su corta trayectoria: de su inauguración participó la celebrity Laurita Fernández.

Hubo otra movilización frente a la casa de otra pareja del “trader”, que espera un hijo de él.

La proliferación de los focos obligó a movilizar efectivos policiales para proteger a los encartados y sus familias.

Tras las detenciones, Julio Jalil, el médico que revisó a los presos, ratificó esta presunción. Dijo que están en perfecto estado de salud para cumplir la preventiva sin necesidad de domiciliaria y añadió:  «Para joder a la gente no tenía problema cardíaco. Uno está en esto hace años y no les cree porque cuándo entran acá recién se enferman, pero cuándo tienen que joder a la gente no están enfermos».

Mientras tanto, la metástasis se extiende hacia los “poceros”, sobre quienes se intensifica la presión y las amenazas.

Quedan por resolver las situaciones de los otros financistas cercados: Edgardo Bulacios, de RT Inversiones; Oscar Rojo, de Callvu; Alejandro Sierra, de Stratton Sierra y Ru Inchausti, un cantante lírico que tuvo su momento de gloria en Catamarca y también entró en la jugada piramidal.

La causa contra los representantes de Generación Zoe en Catamarca fue girada a Buenos Aires.

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