Fractura en el frente narco

El enfrentamiento entre los fiscales federales y el juez Federal Miguel Contreras se suma a una inquietante trama que afianza la presunción sobre maniobras de infiltración narco cada vez más intensas.

Las divergencias en torno a la situación procesal del excamarista Juan Pablo Morales provocaron la fractura en el fuero federal catamarqueño, que investiga una banda que traficaba drogas en una ruta trazada entre Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja.

El episodio se eslabona con otros para afirmar la presunción de que el narcotráfico ha profundizado maniobras tendientes a infiltrarse en las fuerzas de seguridad y los organismos del Estado de Catamarca, entre los que se destaca la causa en contra del ex jefe de Drogas Peligrosas y ex subjefe de la Policía de la Provincia Carlos Kunz y el ex subcomisario Nolberto “Rulo” Valdez, aún inconclusa.

Los fiscales federales Santos Reynoso, del Juzgado Federal; Rafael Vehils Ruiz, del Tribunal Oral Federal de Catamarca, y Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) plantearon ante la Cámara de Apelaciones de Tucumán el apartamiento del juez federal Miguel Ángel Contreras, luego de que éste dictó la falta de mérito en favor de Morales y procesó al resto de los encartados: Sebastián Domingo “La Chancha” Frías, Marco Antonio Rearte, Pablo Andrés “Piquinino” Frías, Gabriel Eduardo Lazarte, Emilse Elizabeth Aráoz, Roque Luis “La Bestia” Visgarra, Ramón Gastón Emiliano “Carozín” Baigorrí “y un grupo de individuos que hasta el momento sólo han sido identificados como “Villa”, Julio, “Pelado”, “Marcos”, “Tati” y “Gordi”.

A criterio de los fiscales, tal resolución es el corolario de una serie de disposiciones del juez para desvincular a Morales del expediente o aliviar su situación procesal, asumidas sin considerar los numerosos indicios que señalan al excamarista como miembro de la banda bajo proceso.

Los elementos de la causa por narcotráfico prueban que “la intervención del imputado Juan Pablo Morales fue tan o más evidente que la de los demás integrantes de este andamiaje delictivo”, consignaron los fiscales en la apelación de la falta de mérito dictada en beneficio del excamarista

Junto a Raúl Da Prá, Morales renunció el año pasado como integrante de la única Cámara de Apelaciones penal de Catamarca para evitar un jury que se había abierto en contra de ambos de partir de un video anónimo en el que aparecían recibiendo una supuesta coima.

Los elementos de la causa por narcotráfico prueban ahora que “la intervención del imputado Juan Pablo Morales fue tan o más evidente que la de los demás integrantes de este andamiaje delictivo”, consignaron los fiscales en la apelación de la falta de mérito dictada en beneficio del excamarista.

Arbitrariedad

Como pruebas de la “arbitrariedad” que atribuyen al juez federal, detallan aparte del contenido de los audios tomados por Gendarmería Nacional:

  • Morales no fue detenido preventivamente, pese a que intentó obstaculizar el desarrollo de la investigación tratando de direccionar la declaración de algunos de los otros involucrados.
  •  Ni el domicilio ni el estudio jurídico del excamarista fueron registrados “aun cuando resultaba claro que podían arrojar información fundamental para el avance de la investigación (por ejemplo a partir del secuestro del teléfono celular del nombrado)”.
  • Morales parece haber tenido conocimiento previo de los allanamientos y las detenciones que iban a producirse. Se presentó “espontáneamente” durante al allanamiento al domicilio de Sebastián “La Chancha” Frías, “aduciendo ser el abogado defensor del nombrado y de Marco Antonio Rearte, circunstancia que revela su conocimiento de las medidas que se encontraban en desarrollo y su intención de estar cerca de los procedimientos a los efectos de ejercer un control de los mismos”.
  • Además, “conforme surgió de la indagatoria de Frías y luego fue confirmado por las autoridades correspondientes, Morales se hizo presente en el lugar de detención de éste. Conforme declaró Frías, el letrado expresamente le solicitó que no lo involucrara, cuestión que fue desestimada por el magistrado en el auto recurrido al tratar la detención solicitada. Tal circunstancia debió ser analizada a la luz de lo que en realidad estaba sucediendo: Morales sabía que lo estaban investigando; en contraposición, Frías no lo sabía”.
  • El secretario penal del Juzgado Federal, Luis Baracat, y el secretario de la Fiscalía Federal, Javier Merep, se inhibieron de actuar en la causa por su amistad con Morales.
  •  Una grabación presentada como elemento de descargo por la defensa de Morales fue objetada por la defensa de Frías. “El Juez conocía la existencia de una nulidad planteada respecto de esa prueba y sin correr vista al Ministerio Público Fiscal sobre dicha nulidad, adelantándose, dictó la falta de mérito basándose precisamente en la prueba atacada, lo que demuestra cierto apuro por parte del Juez en beneficio de Morales. Cabe destacar, que la vista del incidente de nulidad de la prueba de referencia recién fue puesta en conocimiento de esta parte para expedirse sobre la misma 48 horas después de haber resuelto la situación procesal de los imputados”.

Ni el domicilio ni el estudio jurídico de Morales fueron registrados “aun cuando resultaba claro que podían arrojar información fundamental para el avance de la investigación (por ejemplo a partir del secuestro del teléfono celular del nombrado)”

 

Pago en “especie”

A los fiscales les llamó la atención también que Contreras no haya valorado la declaración como “arrepentido” de uno de los procesados, que aseguró que Morales quería comisionarlo para traficar drogas que había recibido como pago de uno de sus clientes.

Juan Pablo Morales, exjuez involucrado en una causa por narcotráfico

La declaración del arrepentido fue asentada en la apelación:

“Conforme los dichos de este imputado, Marco Rearte le manifestó que ‘había hablado con el doctor Juan Pablo Morales por un trabajo fácil, que no había riesgo de nada. Yo preguntándole a mi amigo de qué se trataba este trabajo, él me dice que el doctor Morales tenía una mercadería para que nosotros se la vendamos. Yo le pregunto qué era esa mercadería, me contesta mi amigo que era producto de cocaína y yo sorprendido le pregunté de dónde sacó el doctor Juan Pablo Morales eso que nos estaba ofreciendo. Él me comentó que el doctor le dijo que eso era de un cliente que le había pagado con eso porque no tenía el dinero de sus honorarios. Y que quería, el doctor Morales, que Reartes y yo se la vendiéramos para que pudiéramos hacer plata”

“El doctor nos invitó que fuésemos por su estudio. Esto fue más o menos dos semanas antes de mi detención, no me acuerdo precisamente cuando. Fuimos al estudio y hablamos con el doctor Juan Pablo Morales y nos explicó en qué consistía la operación. Nos contó que él tenía un cliente, un muchacho que estaba preso, que ese muchacho tenia droga para vender y que le debía como parte de unos honorarios; que él no estaba en esto y no tenía experiencia en cómo vender la droga y que por eso había pensado en nosotros para que lo hiciéramos”.

¿Investigación trunca?

Para los fiscales Reynoso, Vehils Ruiz e Iglesias, los allanamientos y detenciones ordenados por Contreras fueron inoportunos e interrumpieron las pesquisas en un momento clave.

A los fiscales les llamó la atención también que Contreras no haya valorado la declaración como “arrepentido” de uno de los procesados, que aseguró que Morales quería comisionarlo para traficar drogas que había recibido como pago de uno de sus clientes.

“Si se examina el expediente con detenimiento, podemos apreciar que la investigación, luego de meses de intervenciones telefónicas que venían arrojando buen producido, se cortó abruptamente con los allanamientos que se realizaron en las viviendas de los investigados –como ya dijimos a excepción de Morales-“.

“Esta decisión no se condice con el avance que venía produciéndose en la pesquisa sino que, por el contrario, al analizar todas las constancias del expediente, podemos suponer que ese corte no tuvo los fines alegados por el juez. De hecho, las maniobras que los imputados habían ido a realizar a Tucumán, claramente de las escuchas se aprecia que se frustraron, por lo que justamente ese no era el momento de realizar los allanamientos, ya que la organización estaba en tratativas de aprovisionarse de mayor cantidad de droga. Por otro lado, resulta sumamente llamativa, también, la velocidad con la que el juez analizó y valoró una causa tan compleja y con un número importante de imputados, procedimientos y, sobre todo, horas de escuchas telefónicas para decidir en tiempo récord que uno de los imputados, que a criterio de esta fiscalía prestó un aporte indispensable en la empresa criminal, no debía ser procesado”.

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