La coartada kirchnerista

El único golpe que logró conmover a Javier Milei en 14 meses de gestión fue autoinfligido, pero el Presidente comenzó a amortiguar su impacto en cuanto el kirchnerismo planteó el juicio político en su contra y Cristina Kirchner lo atacó.

El Criptogate expone la magnitud de la degradación política e institucional argentina: que un Jefe de Estado involucrado en una estafa global se reacomode y parta la opinión pública con sólo señalar las miserias de sus objetores y antecesores inmediatos solo es posible en una escena estragada por el desengaño moral.

La viralización del breve video que reveló la manipulación del reportaje de Jonatan Viale a Milei con la interrupción del asesor Santiago Caputo se sumó al griterío general en torno al caso y diluyó el alcance de sus ingredientes más significativos.

Milei no tiene conflictos éticos con lo que ha hecho. Lo considera lícito, o aceptable, en un ecosistema sofisticado que describió como un casino o una ruleta rusa en la que puede “tocar la bala”. Es la concepción política del declarado enemigo del Estado: cada quien está librado a sus propias aptitudes y a la suerte.

Solo admitió que tal vez deba interponer algunos filtros para llegar a su persona, lo que podría interpretarse como la admisión de una falla si no fuera por el cuidado que puso en no desacreditar a los ideólogos de la maniobra y en descartar que se trate de un fraude hasta que la Justicia se pronuncie.

Esta prudencia es llamativa en un personaje que se caracteriza por su incontinencia y no se priva de injuriar y descalificar a cualquiera de ose desafiar sus pareceres.

La inconsistencia de marcar como una incierta timba lo que promocionó como herramienta adecuada para fondear emprendedores tecnológicos engrana con esta otra: al irascible Presidente no le enfurece que lo hayan complicado en una estafa.

Aún más: no solo no está furioso con los filibusteros del mundo cripto, sino que los elogia como tipos muy creativos y de lo más encantadores.

Que un Jefe de Estado involucrado en una estafa global se reacomode y parta la opinión pública con sólo señalar las miserias de sus objetores y antecesores inmediatos solo es posible en una escena estragada por el desengaño moral

Incongruencias

El reportaje con Viale expuso la incongruencia entre la palabra presidencial y el discurso oficial. La Casa Rosada sostiene que Milei fue víctima de un engaño; el supuesto engañado se abstiene de suscribir esta hipótesis.

Tamañas fisuras en la narrativa fueron sorteadas por el Presidente cabeceando los centros que le tiró el servicial Jony con el recuerdo de las tropelías kirchneristas, el énfasis rabioso sobre la “chorra condenada” CFK, el “inútil” de Axel Kicillof, Ladri Depósito, María BCRA, etc.

El objetivo del reportaje no era explicar su papel en la estafa, sino marcar ese contraste: el tuit habrá sido pieza indispensable para capturar incautos y hacerles comprar $LIBRA mientras su precio era inflado por los operadores para retirarse con el botín en el momento oportuno, pero resulta una travesura al lado de la corrupción kirchnerista y las matufias de la casta.

La investigación judicial recién empieza, en la Argentina, los Estados Unidos y al parecer otros países. Se abren acechanzas inquietantes para Milei en ese terreno, pero por lo pronto, en el plano estrictamente político, logra balancear la pelea refugiándose en un kirchnerismo cuya devaluación le impide capitalizar el incidente.

No quiere decir que el Criptogate sea inocuo para el oficialismo, pero es evidente que nadie está en condiciones de aprovechar el hecho de que Milei haya sido partícipe necesario, culposo o doloso, de un fraude financiero.

Tal vez Macri podría obtener algún beneficio, eventualmente la vicepresidenta Victoria Villarruel, pero ambos se mantienen expectantes.

Acorralado, Milei avanza en instalar, si no su inocencia, la amarga reflexión de Discépolo: en el mismo lodo, todos manoseaos.

Cristina Fernández de Kirchner funciona como atenuante y coartada.

Milei no tiene conflictos éticos con lo que ha hecho. Lo considera lícito, o aceptable, en un ecosistema sofisticado que describió como un casino o una ruleta rusa en la que puede “tocar la bala”

Relaciones peligrosas

La degradación de la casta le permite además a Milei disimular ante el gran público sus precedentes en materia de operativos opacos en el sistema cripto. Se asiste a las réplicas de su tercera incursión promocional como “influencer”.

En 2021, mientras era diputado nacional, estimuló con su “opinión” la compra de “Coinx World”, que tuvo el mismo derrotero de auge y caída que $LIBRA y terminó con denuncias de fraude. En este caso admitió que cobró por sus servicios. En 2022 recomendó “Vulcano”, con resultados similares.

En esta carrera corrió aparejado con Mauricio Novelli, creador de la malograda “Vulcano” y emprendedor del mundo cripto con quien tiene una relación estrechísima al menos desde 2020.

Milei cobraba honorarios de Novelli como capacitador en la empresa “N&W”, en la que también se desempeñaba como docente el ideólogo y ariete de la “batalla cultural” Agustín Laje, director ejecutivo de la fundación Faro.

La inconsistencia de marcar como una incierta timba lo que promocionó como herramienta adecuada para fondear emprendedores tecnológicos engrana con esta otra: al irascible Presidente no le enfurece que lo hayan complicado en una estafa

Novelli y Manuel Terrones Godoy, otro empresario cripto, se asociaron en agosto del año pasado en la empresa “Tech Forum SRL”, que promovió dos meses después de su creación el evento Tech Forum, en el hotel Sheraton Libertador, para el que consiguieron el auspicio de la Presidencia y el Gobierno porteño.

Allí, Novelli conectó a Milei con el abogado de Singapur Julian Peh, CEO de la plataforma KIT Protocol, desde la que se lanzó $LIBRA.

Milei se reunió el 30 de enero con el que parece ser el personaje clave de la defraudación: el norteamericano Hyden Mark Davis, dueño de “Kelsen Ventures”, la empresa que creó $LIBRA, quien aseguró el fin de semana de la vertiginosa implosión de la cripto que tenía 100 millones de dólares de la Argentina y esperaba instrucciones.

En un giro grotesco del culebrón, ahora la identidad de este sujeto recibido en la Casa Rosada por el Presidente está en duda.

Los referentes más prestigiosos del sistema cripto, que los hay, coinciden en desacreditar a todo este personajerío allegado a la Presidencia.

Milei, que largó en 2021, podrá apostar a que el longevo kirchnerismo lo supera en el tanteador corrupto, pero no puede negar que, en el mejor de los casos, en la más bien intencionada de las interpretaciones, su infalible criterio fue embaucado por una pandilla de facinerosos financieros.

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