Victoria Villarruel se interna en el nacionalismo ultramontano y estimula la fractura con el globalismo anarco-capitalista de Javier Milei.
Si Javier Milei se define como un topo del anarco-capitalismo infiltrado en el Estado para destruirlo desde adentro, Victoria Villarroel avanza como su contra-topo.
La Vicepresidenta aprovechó los incidentes que se desencadenaron tras el cántico racista y homofóbico del Seleccionado nacional para marcar diferencias con el ejercicio del poder incestuoso que ejercen Milei y su hermana Karina mucho más profundas que las de estilo.
Conoce los bueyes con que ara. Con la alusión al colonialismo francés de su tuit en defensa de la Selección estimuló la megalomanía de los Milei, que horas antes habían exonerado en términos humillantes al subsecretario de Deportes Julio Garro por sugerir que Lionel Messi y el titular de la AFA, Carlos “Chiqui” Tapia, podrían pedir disculpas por las ofensivas estrofas dedicadas a la Selección gala.
Los hermanos no pudieron resistir la tentación de desairarla. Karina, que la detesta, presentó ante el embajador francés las disculpas indignas de la estatura de Messi . De paso, usurpó las funciones diplomáticas de la canciller Diana Mondino, otro de los objetos de su odio. La diputada Lilia Lemoine se abstuvo de hacer apreciaciones sobre sobadas de quena y tentativas de felación similares a las que había dedicado a Garro.
Lejos de amilanarse, Villarruel fijó el tuit polémico en la apertura de su cuenta de X y se trasladó a Catamarca, desde donde continuó incordiando con chicanas a Francia para empiojarle a Milei la entrevista con el presidente Emmanuel Macrón en la apertura de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, más significativos que estos hostigamientos de consorcio fueron sus posicionamientos antagónicos con concepciones medulares del credo libertario, que fueron en escalada.
Confrontada a los disparates de Milei, maniobrando en la desarticulación y desorientación de la centroizquierda, Victoria Villarruel se postula como abanderada de la tríada ultramontana Dios, Patria y Hogar
Empezó con los elogios a la Fiesta del Poncho catamarqueña como virtuosa muestra de la identidad provinciana y fuente de trabajo, en contradicción con la condena de Milei a las fiestas populares como focos de corrupción y canales de derroche del nefasto populismo.
Siguió con la valoración del federalismo y la conveniencia de robustecer vínculos con las provincias, misión que asume como presidenta del Senado nacional.
En contraposición con los Milei, que visitan el interior muy eventualmente y prefieren los escenarios internacionales, los periplos fuera del radio metropolitano forman parte central de la agenda de Villarruel.
En Catamarca estuvo cuatro días, de los cuales dedicó tres al departamento Tinogasta. Durante su estadía saturó sus redes con imágenes de sus actividades y de las bellezas provinciales, con insistentes alabanzas y agradecimientos.
En el cierre de la expedición, tuiteó una síntesis de su ideario.
«Muchos hemos venido de los barcos y somos la segunda o tercera generación en Argentina, pero así como no olvidamos la herencia europea, estamos orgullosos de nuestras costumbres tradicionales, que tomaron lo mejor de los ambos mundos: el indígena y el hispano», señaló después de subrayar la importancia que tienen recorridas como la que protagonizaba para estrechar “los lazos federales que nos unen a todos los argentinos”.
«Costumbres que nos recuerdan nuestra verdadera raíz: criolla y católica», concluyó.
“Verdadera raíz”… Villarruel condensó desde Catamarca diferencias con los Milei de calado mucho más profundo que la que opone su serenidad al iracundo e impulsivo carácter del Presidente. Es como si avanzara hacia una fractura desde la fisura que abrió cuando caracterizó al Presidente como un “pobre jamoncito” entre ella y Karina.
La adhesión al federalismo de la Vicepresidenta la distancia del metropolitanismo de Milei, que recién después del Pacto de Mayo dejó de fustigar a los gobernadores como “degenerados fiscales” y de considerar a las provincias apéndices parasitarios del Gobierno nacional.
Pero es en el énfasis puesto en la herencia indígena e hispana y el origen criollo y católico de la Argentina como nación donde aparece la ruptura más importante con un Milei para el que el posicionamiento global es prioritario.
Experimentado cuadro del negacionismo dictatorial, Villarruel se ubica en un antiglobalismo que, en el caso argentino, entronca con la tradición que asigna carácter fundacional a la Cruz y la Espada.
Confrontada a los disparates de Milei, maniobrando entre la desarticulación y desorientación de la centroizquierda peronista, la Vicepresidenta apunta a ganar terreno como abanderada de la tríada ultramontana Dios, Patria y Hogar.