Estuvo a fines de la semana pasada en Salta, gobernada por su compañero en la fórmula presidencial de 2015, Gustavo Sáenz. Aparte, el hilo rojo con el jujeño Gerardo Morales no se corta. Y sueña con un megaministerio que podría afectar el posicionamiento catamarqueño a nivel nacional.
Mientras la atención por la crisis política del gobierno nacional se concentra en el área metropolitana, Sergio Massa tira líneas al interior con la intención de entonar su proyecto presidencial.
El titular de la Cámara de Diputados se mantiene neutral en el litigio entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, en una estrategia pendular, pero se aproximan tiempos de definiciones.
El 23 de abril, el Frente Renovador que lidera reunirá su congreso en Mar del Plata. Allí se planteará la posibilidad de abandonar el Frente de Todos si la crisis entre albertistas y cristinistas no remite y que Massa se plante como candidato a la Presidencia.
Es un evento importante. Para sumarse a la coalición oficialista después de que Cristina ungió candidato a Fernández en 2019, Massa también sometió la decisión al debate del congreso de su sector.
El 23 de abril, el Frente Renovador reunirá su congreso en Mar del Plata. Allí se planteará la posibilidad de abandonar el Frente de Todos si la crisis entre albertistas y cristinistas no remite y que Sergio Massa se plante como candidato a la Presidencia
Terminales norte
En marcha hacia estas formalidades, Massa trabaja en el fortalecimiento de sus vínculos políticos. El hilo rojo que lo une al gobernador radical de Jujuy, Gerardo Morales, no se corta. El vicegobernador jujeño desde ese año, Carlos Haquim, pertenece al Frente Renovador.
A la terminal Morales-Haquim, suma en el noroeste la del gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, que lo acompañó en la fórmula presidencial también en 2015.
El binomio obtuvo a nivel nacional el 15% de los votos, pero Sáenz ganó la intendencia de Salta a pesar de la derrota que sufrió a manos de Juan Manuel Urtubey en el orden provincial la dupla que lo apadrinaba, compuesta por Juan Carlos Romero y Alfredo Olmedo.
Cuatro años después, como candidato de una alianza conformada por los partidos Identidad Salteña, PRO, Conservador Popular y FE, se consagró gobernador tras imponerse con el 53% de los votos al postulante del Frente de Todos, Sergio “Oso” Leavy, que se hizo célebre a nivel nacional cuando su reemplazante en la Cámara de Diputados, Juan Emilio Ameri, fue detectado en actividades eróticas con su pareja durante una sesión virtual del cuerpo.
Massa estuvo en Salta el 25 de marzo, pocas horas después de que el cristinismo usara el acto por el Día de la Memoria para remarcar la fractura ideológica con Fernández.
Allí, junto a Sáenz y el presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, inauguró las obras de la Terminal, el Nodo Logístico Polimodal y el Puerto Seco de Güemes, y comprometió inversiones para las nuevas vías férreas que volverán a a unir Cerrillos y Coronel Moldes, y la restauración del puente sobre el río Colorado, en Orán, para que circule otra vez el ramal C16.
“Los salteños están dando un paso importante y trascendente para que Salta sea el corazón del Corredor Bioceánico”, dijo al inaugurar las obras en Güemes. Marinucci señaló que no solo beneficiarán a Salta, sino a todo el país, con la reducción de los costos logísticos para la producción regional.
La presencia de Massa en Salta se enmarca en su arremetida para ganar protagonismo en la polarización entre Fernández y Cristina, pero también en las maniobras de los gobernadores del Norte Grande tendientes a afianzar un eje de poder regional para contrapesar la gravitación del área metropolitana en la fragmentada escena nacional.
Megaministerio
Como telón de fondo, el líder del Frente de Todos todavía sostiene la idea de encabezar un megaministerio de Producción nacional, que había comenzado a cobrar fuerza como parte de un relanzamiento del Gobierno nacional tras la derrota en las PASO. La desconfianza que le tienen tanto Fernández como Cristina es un obstáculo para semejante brinco, pero la pelea que desató el acuerdo con el FMI reavivó las expectativas.
Entre las condiciones para un armisticio, el kirchnerismo exige tres cabezas: el canciller Santiago Cafiero, el ministro de Economía Martín Guzmán y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Massa quiere el puesto de Kulfas, con prerrogativas hiperampliadas.
Kulfas es un gran aliado del Gobierno catamarqueño, que con más de un 13% cuadriplicó el año pasado la media nacional del creación de empleo privado registrado. Fue, además, quien designó como secretaria de Minería de la Nación a Fernanda Ávila, quien hasta ese momento se venían desempeñando como ministra del área en Catamarca.
Ver también en El Estaño
https://elestanio.com.ar/diagonal-norte-contra-la-metropolis/
https://elestanio.com.ar/el-hilo-rojo-de-sergio-y-gerardo/
https://elestanio.com.ar/la-ucronia-alternativa-federal/
