En contra del PRO y los radicales, los diputados “lilitos” proponen que el Congreso se limite a habilitar a Alberto Fernández a tomar un nuevo crédito con el FMI, sin escrutar los detalles del acuerdo.
Genia y figura, Elisa Carrió le hizo saber al radicalismo y al PRO que, aunque pretendan ningunearla y relegarla a roles cosméticos en Juntos por el Cambio, tiene todavía capacidad de daño y disposición para ejercerla. Una especialista: pega donde más duele, con timming, y sabe los perjuicios que acarrea la condición inofensiva en política.
Sus espadas legislativas presentaron en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para que el Congreso se limite a habilitar al presidente Alberto Fernández a suscribir programas de financiamiento y contraer créditos con el FMI, sin abordar los detalles del acuerdo.
Ante la fractura en el oficialismo, que se profundizó con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio había pactado en principio dar quórum, debatir y no obstaculizar la aprobación del acuerdo. Eventualmente, abstenerse y dejar librado el desenlace a la relación de fuerzas del Frente de Todos.
La decisión de Carrió desarticula esta estrategia. Autorizaría a Fernández a diseñar el programa económico vinculado al acuerdo sin la intervención del Poder Legislativo, para que las tratativas “no naufraguen por la interna oficialista”.
Pero el recrudecimiento de la interna oficialista por este tema es precisamente lo que quieren el PRO y el radicalismo. La iniciativa desencadenó duros reproches a la indisciplina de la Coalición Cívica.
Carrió es una especialista: pega donde más duele, con timming, y sabe los perjuicios que acarrea la condición inofensiva en política.
Los “lilitos” alegan razones de Estado, pero el telón de fondo es la redistribución del paquete accionario opositor rumbo a las presidenciales de 2023, un proceso signado por la recuperación de la UCR.
Los alfiles de Carrió presentaron el proyecto a pocos días de la cumbre que encabezó en Santa Fe el gobernador de Jujuy y presidente de la UCR, Gerardo Morales, en la que los boinablancas ratificaron su determinación de postular una figura propia a la Presidencia. En la Legislatura santafesina se produjo la foto con referentes del socialismo.
Al comando de Morales, el radicalismo se pertrecha para la pelea con los macristas.
Carrió percibe el retroceso de su sector en el frente interno.
El proyecto para liberar a Fernández de someter los detalles del acuerdo con el FMI al escrutinio del Congreso podrá prosperar o no, pero de movida recuerda a los socios mayoritarios de Juntos por el Cambio que la Coalición Cívica no se someterá a una dinámica que la excluya de la toma de decisiones.
A la jefa de la coalición cívica le alcanza con el mensaje encriptado en la puñalada parlamentaria: no dejará de ser un cilicio para los ensoberbecidos gerentes de Juntos por el Cambio.
Carrió se arroga la titularidad de la fiscalía ética, el insumo con el que compensa desde siempre la precariedad de su estructura.
La Mesa Ejecutiva de la Coalición Cívica explicó que “ante la fragilidad actual del país y la incertidumbre que se vive dentro del Parlamento, aportamos este proyecto como una herramienta de última instancia para prevenir un daño mayor y definitivo a la economía: la entrada en default y ser un país inviable”.
La autorización al Poder Ejecutivo para establecer un nuevo plan de cumplimiento con el FMI “se basa en los principios que venimos sosteniendo como Coalición Cívica y Juntos por el Cambio: evitarle a la sociedad el trauma que provocaría en la economía un default con el Fondo, estar a la altura de la responsabilidad histórica y honrar las deudas para no hacernos más daño frente al mundo”, dice el documento .
“Esta herramienta que ponemos a disposición del Congreso está por fuera de cualquier tipo de especulación política y electoral. Sin temores a hacernos cargo de nuestra responsabilidad como legisladores, somos una fuerza política que no aplaudió el default hace veinte años y que quiere evitarlo ahora. Las crisis las pagan principalmente las clases medias. Además, en un territorio desconocido como el default con este organismo multilateral de crédito, los pocos que producen: el campo, la débil industria, en definitiva, el escaso trabajo de los argentinos, está en riesgo”, concluyó.
La Casa Rosada rechaza la alternativa de eximir al Congreso de sentar posición sobre el programa que conlleva el nuevo préstamo. Es improbable que el proyecto prospere. A Carrió le alcanza por lo pronto con el mensaje encriptado en la puñalada parlamentaria: no dejará de ser un cilicio para los ensoberbecidos gerentes de Juntos por el Cambio.