Blindaje al fentanilo

Los audios del 3%, que comprometen al “karimenemismo”, desplazaron del centro de la agenda a las muertes por fentanilo contaminado que salpican al “santicaputista” ministro de Salud, Mario Iván Lugones

La solución que pergeñaron los libertarios para tratar de acomodar cargas después de la derrota electoral en Provincia de Buenos Aires fue colocar a un Javier Milei convertido en león vegano al frente de una mesa de acción política. Los enconos entre la presidenta de facto Karina Milei y el asesor Santiago Caputo no han menguado pero, al borde la eutanasia mutua, ambos parecen haber pactado una tregua al menos hasta después de que las elecciones del 26 de octubre terminen de definir la consistencia del emprendimiento libertario.

La ratificación de Eduardo “Lule” Menem, su primo Martín y Sebastián Pareja en el politburó no puede considerarse un triunfo de Karina, salvo que se piense todavía que Javier es capaz de contravenirla. La novedad es el regreso de Santiago Caputo a los primeros planos.

El asesor ya había abandonado el bajísimo perfil con que abonaba su misterio en febrero, cuando tuvo que intervenir para que Milei no se fuera de lengua en la entrevista acordada con Jony Viale para que tratara de explicar su participación en la “difusión” de la criptomoneda fraudulenta $LIBRA.

Esa estafa global fue el primer eslabón de una cadena de casos impregnados de sospechas de corrupción, que fue desenvolviéndose mientras escalaban las reyertas entre Caputo y los “karinistas”.

Infidencias cruzadas

Viviana Aguirre, diputada suplente de La Libertad Avanza en Provincia de Buenos Aires, ex funcionaria del PAMI de La Plata, denunció en marzo, en plena ebullición del escándalo $LIBRA, cobros indebidos, sobreprecios y exigencias de «retornos» en el organismo por parte de los armadores de la Libertad Avanza.

Aguirre afirmó que la habían cesanteado por negarse a convalidad estos actos de corrupción. La revelación contribuía en alguna medida de desviar la atención de la criptoestafa en la que había participado Milei, pero afectaba directamente al “karimenemismo”.

El vuelto no se demoró. A los pocos días trascendió que un jet del empresario Leonardo Scaturicce, ligado a la SIDE bajo control de Santiago Caputo, había aterrizado en Aeroparque el 26 de febrero con más de diez valijas, de las que solo cinco habían sido declaradas ante la Aduana. La única pasajera del vuelo era Laura Belén Arrieta, de 32 años, exazafata y empleada de OCP Tech y COC Global Enterprise, dos empresas fundadas por Scatturice.

La Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) abrió una investigación de oficio por posible contrabando que expuso una compleja y opaca trama con ramificaciones internacionales.

En el marco de las indagaciones judiciales y periodísticas se confirmaron contratos multimillonarios de Scaturicce con la administración libertaria. Se trata de un controvertido empresario argentino radicado en Miami, relacionado con servicios de inteligencia y los esquemas vinculados al presidente de los Estados Unidos Donald Trump.

En mayo comenzaron a reportarse las primeras muertes por fentanilo contaminado provisto por los laboratorios HLB Pharma y Ramallo, del empresario Ariel García Furfaro. Los casos fatales confirmados llegaron al centenar.

El tenebroso incidente enfocó al discreto ministro de Salud Mario Iván Lugones, en cuya órbita funciona la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Lugones es padre del consultor político, socio y amigo de Santiago Caputo Rodrigo Lugones.

El 28 de agosto se difundieron los audios donde el ex director de la Administración Nacional de Discapacidad Diego Spagnuolo describía a un interlocutor desconocido un circuito de coimas para la compra de medicamentos en el que la droguería Suizo Argentina recaudaba los sobornos para “Lule” Menem y Karina Milei.

Salvo en el caso de $LIBRA, donde Milei dejó sus huellas digitales en un tuit, en todos los otros episodios se conjeturaron infidencias divulgadas por Caputo o el “karinismo” para perjudicar a sus rivales.

El detalle podría ser significativo, porque las divergencias libertarias no parecen obedecer a cuestiones programáticas o conceptuales de fondo. Las exacerbaciones de la pelea surgen siempre ligadas a negocios espurios con el Estado.

Salvo en el caso de la criptoestafa $LIBRA, donde Milei dejó sus huellas digitales con un tuit, en todos los otros episodios se conjeturaron infidencias divulgadas por santiago Caputo o el “karinismo” para perjudicar a sus rivales en la interna

Respaldo explícito

En este sentido, el escándalo “Karina 3%” desplazó del centro de la agenda al más siniestro del estrago por  fentanilo emponzoñado, que perjudica al “santicaputista” Lugones.

El domingo del naufragio bonaerense, Santiago Caputo estuvo a la diestra y muy cerca de Milei al momento de admitir la derrota. Inmediatamente atrás del Presidente estaba el ministro de Salud.

Milei prometió enmendar eventuales errores pero ratificó el rumbo. Fue explícito en términos generales: equilibrio fiscal, restricción monetaria, esquema cambiario, desregulación, políticas de Capital Humano, Defensa, Seguridad y Justicia.

Abandonó las generalizaciones para respaldar personalmente a uno solo de sus funcionarios: “Vamos a continuar con el trabajo fuerte que hace el ministro Lugones”.

No la política de Salud: el ministro Lugones, responsable de las fallas en los controles del fentanilo que debía hacer la ANMAT.

Mano al mentón, impávido, el “Mago del Kremlin” Santiago Caputo monitoreaba el discurso en las vísperas de su reposicionamiento a cara descubierta en la mesa política.

Quizás voltear a los Menem y Pareja no sea para él tan prioritario.

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