Catamarca Fantástica: la premonición de «El Desertor»

El 6 de septiembre de 2020, el Multimedios El Ancasti publicó una nota firmada por El Desertor en la que ya advertía sobre el desenlace de la inminente criptofiebre. Las pirámides que colapsarían poco más de un año después empezaban a edificarse. Aquí, el texto premonitorio.

Al parecer este proceso comenzó hace miles de años. La única certeza es que los nombres cambian, la pulsión no. Borges lo dice poéticamente: diversos son los rostros que usó la máscara (aunque la insensata ilusión los hizo creer que fue al revés).
El nuevo cebo tiene un frente social aceptable: ofrecen la salvación, a través de WhatsApp o personalmente, a quienes tienen un excedente de dinero disponible superior a $500.000, con la posibilidad de “invertir en Bitcoin”, operatoria en la que, quiénes ofrecen esta “inversión”, declaran ser especialistas.

Ahí está listo el armado, la promesa. Los inversores obtendrán rentabilidades más que jugosas, ofreciendo el pago de tasas mensuales del 12 al 16% invirtiendo en Bitcoins mediante estos “especialistas” que garantizan la ganancia a los inversores. Negocio redondo.

Como si esto fuera poco, Midas y asociados ofrecen un premio del 15 al 20% extra del capital invertido si se elige la opción de 12 meses para “estacionar” el dinero.
A esta altura, se vislumbra que “planeros” y “mamás luchonas” no califican para participar del suculento negocio. Han invertido su dinero mediante esta operatoria gente muuuy trabajadora, algunos profesionales, otros no, con dos características en común: su escasa formación financiera y su  desarrollada avaricia.

La primera idea que me habitó al leer sobre la generosidad de la ganancia que ofrecen los “especialistas del Bitcoin” fue que Raúl Jalil debería contactar con ellos de manera urgente, dado que el ministro de Economía actual no puede lograr ni cerca esas utilidades, a pesar de los millones que viene bicicleteando hace años.

Luego vino a mi memoria un remanido dicho popular: “cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía”.

Entonces me puse a investigar y consultar especialistas del mundo financiero. Luego de contarles mi descubrimiento, me recomendaron que leyera lo que es el “Esquema de Ponzi”, que investigue a Bernnie Madoff y saque mis conclusiones.
Cómo se arma el embuste. Los inversores (ignorantes o avaros, como usted prefiera) son convocados, de manera personal, discreta, seleccionada. No hay una publicidad a la vista de esta “empresa”o “milagro”, como para verificar la operatoria que dicen realizar.

Me puse a investigar y consultar especialistas del mundo financiero. Luego de contarles mi descubrimiento, me recomendaron que leyera lo que es el “Esquema de Ponzi”, que investigue a Bernnie Madoff y saque mis conclusiones

El hecho se perfecciona con la intervención de una Escribanía (no podía faltar), revistiendo al proceso de un manto de seriedad (que cuando uno ignora la normativa, confunde con legalidad).

Los interesados firman un Contrato de Mutuo, que se utiliza solo para préstamos, en este caso de dinero, donde quienes toman el efectivo, es decir nuestros “especialistas en Bitcoin”, se comprometen a devolver el dinero recibido más los jugosos intereses arriba mencionados.

La escribanía solo da certeza de quiénes son los firmantes y desconoce la operatoria y el contenido del contrato. Sin embargo en el imaginario popular, si se firmó ante escribano “es porque es serio”. Si usted cree que los interesados (nunca tan bien dicho) no son muy precavidos, acertó. Ya que no exigen las garantías que realmente serían acordes a los montos que prestan (aunque ellos creen que invierten) en estas operatorias.
Un aspecto central y muy relevante en esta trama es la rentabilidad ofrecida por los “expertos de Bitcoin”.

El Manual de Inversión Financiera dice que bonos, acciones o derivados -lo que se conoce hoy como el trading- que ofrecen rentabilidades superiores al 20% anual en dólares son consideradas como inversiones excelentes y que difícilmente se pueda mantener una rentabilidad así y garantizada durante varios años.

Cuestión similar ocurre con nuestros pesos, donde en el contexto del país es realmente complicado obtener rentabilidades superiores al 60% anual (5% mensual) en inversiones financieras sostenidas y garantizadas.

A esto debemos agregarle que todas estas inversiones deben pagar sus correspondientes ganancias a la renta financiera.

En el caso de esta operatoria, los que prestan el dinero reciben su ganancia mensual libre y en mano, lo que hace suponer que los impuestos ya se abonaron antes de liquidar los pagos. En los países serios, estas operatorias se investigan a fondo porque en la mayoría de los casos descubrieron que están encubriendo otra cosa por la que no se pagan impuestos.

Resumiendo:
Aparentes operadores de Bitcoin, ofrecen de manera privada a incautos ahorristas, invertir su dinero con promesas de ganancias exorbitantes para el contexto nacional e internacional, mediante “inversiones sofisticadas”, operando con montos de medio millón de pesos o más, sobre los que no hay una garantía real que avale los montos “prestados/invertidos”, agregando la fuerte sospecha de que esta operatoria no está pagando los correspondientes impuestos, constituyendo a quienes invierten en evasores físcales como mínimo.

Estos “milagros” (y/o estafa, y/o evasión, y/o lavado)  están en curso  bajo el manto de la Virgen y a menos de 15 cuadras de la AFIP. Como decía el spot publicitario de los ‘80: Catamarca Fantástica.

Los Cuatro Caminos:

1)    Si es verdad lo que prometen nuestros “héroes del Bitcoin”, la Provincia y porque no el país tienen la imperdible oportunidad de sumar a sus filas a los muchachos y promocionarlos como las nuevas luminarias de la economía (tiemblan Veliz y Guzmán). La rentabilidad que ellos consiguen con esta “inversión” nos permitiría pagar la deuda externa en menos de diez años.

2)    Preparen pañuelos y moderen emociones, porque sería inconveniente que alguna turbulencia del mercado genere pérdidas importantes a los “inversores” y ante tal situación cometan algún ajuste de cuentas por mano propia y pierdan además de lo invertido, la libertad.

3)    Tal vez  los muchachos de la AFIP puedan recaudar lo que corresponde para distribuir en los que menos tienen (si no es mucho pedir).

4)    Quizás la Policía Federal tenga aquí la oportunidad de mostrar su sagacidad investigando algún caso relevante, así Kevin y sus muchachos podrían atrapar a alguien más importante que algún fumanchero.

El tiempo, Juez irrevocable, develará la verdad.

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