El experimento Barot

Al frente de un partido municipal que jugó por fuera de los esquemas de oficialismo y la oposición provinciales, Raúl Barot derrotó al clan Olveira, que controló la Municipalidad de Los Altos desde su creación en 2001.

Las tensiones que marcaron la transición en la municipalidad de Los Altos, en el departamento catamarqueño de Santa Rosa, no son extrañas: el justicialista Raúl Barot destronó una dinastía con dos décadas de vigencia y dejó la banca de senador para asumir la Intendencia tras derrotar a Rafael Olveira, que se había postulado para un cuarto mandato.

El triunfo de Barot fue uno de los más llamativos en las últimas elecciones.

Se presentó para competir al frente del partido municipal “Unidos por Santa Rosa”, experimento que jugó por fuera de los esquemas del oficialismo y la oposición provinciales y se impuso sobre el jefe del clan que manejó la comuna desde su creación en 2001, encumbrado con el FCS y reciclado en el peronismo.

No hay en Catamarca demasiados precedentes de partidos municipales que hayan conseguido superar armados del peronismo o el radicalismo. Lo de Barot es toda una novedad, si bien demasiado circunscripta geográficamente como para aventurar proyecciones. En el éxito de la maniobra tuvo mucho que ver el desgaste de un diseño que se mantuvo invariable durante veinte años.

El primer intendente de Los Altos fue Ricardo Olveira, hermano de Rafael, que dejó su segundo mandato inconcluso en 2007 por razones de salud. Rafael entró en 2009 y logró mantenerse hasta ahora.

No hay en Catamarca demasiados precedentes de partidos municipales que hayan conseguido superar armados del peronismo o el radicalismo

Barot conformó “Unidos por Santa Rosa” con dirigentes del radicalismo raleados por Olveira. El cabeza de su lista de concejales fue Carlos “Kiki” Olveira, familiar de Rafael que había fracasado en el intento de suplantarlo en 2017, cuando compitió como candidato a intendente de Juntos por el Cambio.

El apoyo decidido del Gobierno provincial, que se mantuvo incluso después de que Barot ganó las PASO, no le alcanzó a Rafael Olveira para conjurar el fin de ciclo. El radicalismo no presentó candidatos.

El nuevo intendente se consagró categóricamente. Ganó el primer round de las PASO, en septiembre, y obtuvo casi el 55% de los votos en la batalla definitoria del 14 de noviembre.

El nivel de participación refleja la intensidad de la batalla: 88% del padrón alteño, excepcional en circunstancias normales, mucho más en un proceso como el que se atravesó, caracterizado por los elevados niveles de abstención en todo el país.

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